viernes, 17 de junio de 2011

Nuestro futuro.

Nuestro futuro. En eso pensamos todos los atléticos. No tenemos miedo a cómo será la próxima temporada para nosotros. Tenemos miedo a las armas que tendremos disponibles para afrontar la temporada.

Nuestros queridos dirigentes empezaron tarde a planificar, y a partir de ahí empezó el show. Se escogió a un director deportivo que tiene cuentas pendientes con la justicia, después de que la oferta realizada a Toni Muñoz no fuese aceptada por el que continúa siendo el máximo dirigente deportivo del Getafe (y en mi opinión, uno de los mejores de la liga española).

Sabiendo que se empezó tarde a organizar la próxima temporada, tardamos más incluso en elegir al entrenador que dirigirá al equipo. Y volvió a pasar lo mismo. Los candidatos preferidos por la "directiva" no se atrevieron a meterse en la boca del lobo (caso de Luis Enrique), y los que se atrevieron con el reto, fueron ninguneados (Joaquín Caparrós). Es entonces cuando se decide retroceder en el tiempo unos añitos y elegir a Gregrorio Manzano como entrenador, mostrando la urgencia y poca credibilidad que había en su capacidad como capitán del barco a largo plazo (su contrato es de un año). No dudo de su capacidad como entrenador, pero como dijo Iñako Diaz-Guerra en Twitter: "Lo de Manzano es casarte a los 40 con una ex que dejaste con 20 porque estabas bien pero no te llenaba. Conformismo, rendición, bajar exigencia..." Totalmente cierto. En su momento faltó paciencia con él, pero no creo que fuese el candidato idóneo ahora mismo. En definitiva, una retirada hacia adelante.

Y pasemos ahora al apartado de jugadores, más parecido al camarote de los hermanos Marx que a un equipo que se le presupone grande de España. Mientras el Kun pide su salida del club (aceptable en su contenido, muy deficiente en las formas), los dirigentes no se conforman con ello y negocian la venta de todos sus jugadores importante, el último caso, el de Ujfalusi, Reyes y Forlán con el Galatasaray. Y mientras, nada se sabe de los recabios de unas piezas que hace un año colocaban en nuestras vitrinas otro doblete histórico. Y los que llegan solo consiguen hacernos ver que con esta directiva, la canción es la misma de siempre. Así, Gabi, Silvio o Adrián pueden "gustar" más o menos a la afición, pero sería una gran sorpresa si consiguen llenar el espacio que podrían dejar el equipo como Agüero, Ujfalusi, etc. Y por si fuera poco, la historia de la portería del Atleti es más propia de un libro dedicado al uso del sentido común que a la dirección deportiva de un equipo de fútbol. Se va De Gea, sabiendo que hay un portero, también criado en la casa, que ocuparía su lugar sin ningun problema. Sin embargo, el club vuelve a infravalorar a la gente que ha crecido en el club, como Joel. Ya ocurrió con De Gea y Asenjo, y solo un milagro consiguió que David demostrase su valía vestido de rojiblanco. Mucho me temo que no será el caso de Joel, que ya ha avisado que si se ficha a alguien que le cierre las puertas de la titularidad se marchará del equipo.

El capítulo de la venta de los terrenos del Calderón y su recalificación en zona urbanizable, además de la construcción de la eterna ciudad deportiva de Alcorcón, necesitarían una entrada completa para explicar otra demostración más de que el cambio de dirigentes debe ser inminente.

Esta es la situación actual de un equipo en el que sus dirigentes llevan actuando a sus anchas con total impunidad (así son las S. A. D), mientras su aficón clama al cielo la llegada de un jeque árabe con dos dedos de frente que les sepa devolver la ilusión.

Se presupone difícil que la próxima temporada volvamos a ser campeones...