martes, 20 de marzo de 2012

Europa como objetivo.

Vuelvo a escribir tras un tiempo. ¿La razón? Muy sencilla: dejar que el Atlético asimilase las ideas que traía Simeone y poder ver con perspectiva si la mejoría del equipo era tan clara como se pronosticaba tras los primeros partidos. Es decir, me desmarco del Cholismo (esa corriente filosófica inventada algunos que se hacen llamar periodistas).

Las sensaciones del equipo son más que alentadoras. Los jugadores corren, presionan al rival, se sacrifican. Lo único que pide Simeone es esfuerzo y compromiso. Quiere un equipo hecho a su imagen y semejanza. Y en ataque ya dijo lo que quería: “Prefiero atacar una vez y marcar, que llegar 15 y no hacer un gol”. Pragmatismo puro y duro. Eso sí, tener sólo dos delanteros no ayuda (Diego Costa mientras tanto, se recupera bastante bien en Vallecas de su lesión de rodilla).  Sin embargo, los resultados en liga no acompañan. Los números no reflejan ese cambio anímico que ha provocado la llegada del nuevo entrenador: 5 empates, 4 victorias y 2 derrotas en liga. En Europa League todos los partidos se cuentan por victorias (y el equipo en cuartos de final). Es por ello que sea esta competición donde más ilusión han depositado muchos aficionados rojiblancos. Porque ya no hay equipos de Manchester en la competición, y porque desde Hamburgo saben que nadie puede soñar más fuerte que ellos. Porque en este caso, sensaciones y resultados sí han ido de la mano.

El Atlético está décimo, con 36 puntos. A tres del sexto y a cinco del Levante, que se mantiene en los puestos que dan opción de oír el himno de la Champions el año que viene. No se puede comparar ni mucho menos con la situación del equipo al que dirigía Manzano (5 victorias, 4 empates y 7 derrotas), pero el cupo de tropiezos como éste último frente al Mallorca ya se llenó en la primera vuelta. No creo que se concedan muchos más.
                                                                                         
En Liga las bajas de Diego y Arda han resultado más que dolorosas, además de la de Tiago, mediocentro defensivo para el Cholo. Y sólo Gabi se ha mantenido en el once (mención especial a su mejoría en la era post Manzano). Simeone ha sabido sacarle todo el jugo a la corta plantilla con la que se encontró: Koke ha demostrado que puede suplir a Diego, y es que el truco estaba en colocarle en una posición donde se encontrase cómodo; se ha inventado uno de los mejores laterales derechos de la liga dando confianza a Juanfran (ojo, dándole confianza, no colocándole en el lateral como el que pone un gnomo en su jardín); y Miranda y Godín se han hecho con el mando de una zaga que en la primera vuelta no tenía dueño. Las sensaciones han sido positivas, cierto. Pero de haber podido canjear sensaciones por puntos a principio de temporada, el Atlético hubiera conseguido más de un título liguero en estas últimas temporadas.

Restan 11 jornadas para acabar la temporada, y rivales directos como Athletic, Málaga y Espanyol deben pasar por el Calderón, además de Getafe, R. Madrid y R. Sociedad. Por otro lado, al Atlético le queda por visitar a Zaragoza, Levante, Rayo Vallecano, Betis y Villarreal. Entre medias, eliminatorias frente al Hannover y, probablemente, Valencia. El Atlético afronta el final de temporada con ganas e ilusión, y recuperar a las piezas clave del equipo es fundamental, pero no es excusa. 

El primer tren que lleva a Europa pasa mañana por el Calderón, y el Athletic ya espera. Partido de los que marcan la temporada y el Atlético debe aprovecharse del bajón físico que arrastran los pupilos de Bielsa tras la eliminatoria frente al United. El Cholo se enfrenta a una de las personas de las que más ha aprendido en un campo de fútbol, de las que más creyeron en él. Ambos técnicos tomarán nota del rival, no vaya a ser que el 9 de mayo se vuelvan a ver las caras en Rumanía.